El futuro y la paz del país deben sembrarse arando desde los rincones más alejados de nuestras tierra, allí donde creemos que no hay nada, siempre habrá un campesino con un azadón, abriendo la tierra para plantar las mejores semillas, la paz de un país que desea florecer de nuevo.
Sobre el artista
La realidad es más impactante y siniestra que la ficción, y a veces todos necesitamos un poco de fantasía para no morir enfermos de realidad.