Esta pieza es un espejo donde reflejamos nuestras relaciones con productos y deseos. Con trazos y sutilezas cromáticas, el arte invita a reflexionar sobre cómo los colores abrazan y desafían nuestra adicción al consumo, creando un diálogo visual que trasciende la superficie y desvela capas profundas de la condición humana.
Sobre el artista
Para mí, un mundo perfecto es uno lleno de colores.