Inspirada en la frase “Deja que Fluya”. Las medusas no tienen ni cerebro ni corazón, pero si son sensibles y además fluyen en el agua, ¿Han visto alguna vez una medusa nadando? ¡Son mágicas! Por eso quise interpretar y darle mi propia reflexión de vida: Aunque nosotros tengamos una estructura más elaborada y ademas tengamos esa noción y pensamiento de estar en el día a día, debemos fluir con la vida y ser conscientes de tenerla. Agradecer, aprovechar cada instante y vivir
respirando. Pues claro que somos sensibles, sin embargo, al tener nuestro corazón y cerebro creamos nuestras propias acciones, desiciones y eso es lo que nos define.
Esta obra está hecha de pintura acrílica sobre lienzo. Tamaño: 1.600 x 60 cm. Perfecto para un espacio de tranquilidad, armonía y amor.