Must Have

Esta obra hace parte de la serie Cómplices inconscientes que se compone de 4 obras. La industria de la moda es la segunda más contaminante del planeta. Con unas emisiones de gases invernadero del 10% y contribuye al desprecio de agua a nivel mundial en un 20% según Green Peace. A estos números es importante sumarles que el ciclo de vida de una prenda es de pocos meses y alrededor del 76% de las prendas que son producidas en un año va a los basureros en el mismo año, prendas hechas en materiales de poliéster que tardarán no solo muchísimos años en ser degradadas, sino que también contribuyen con la contaminación de micro fibras en cada ciclo de lavado que serán vertidas en los océanos. Al lado de la industria de la moda, encontramos la industria de cosméticos, que no solo contamina desde la extracción de su materia prima ‘petróleo’ sino también desde su proceso de producción y finalmente los desechos de empaques. Ambas industrias, además de tener una huella ambiental bastante alta, tienen también un impacto social. La mayoría de las grandes marcas de vestuario tienen su producción en países de tercer mundo, en fábricas que no garantizan el bienestar de sus empleados sometiéndolos a condiciones precarias, al abuso e incluso al trabajo infantil. La serie ‘cómplices inconscientes´ es una representación del nivel de inmersión consumista tan alto en el que estamos, que no vemos la realidad de estas industrias y no dimensionamos los daños ambientales y sociales de los que nos estamos convirtiendo en aliados. Las mujeres, como las principales consumidoras de moda y cosméticos debemos ser quienes tomemos la iniciativa de consumir menos y mejor. Es un llamado a tomar consciencia y a cuestionar nuestros hábitos de consumo analizando con criterio las condiciones en las que se producen las marcas que compramos, los insumos que utilizan y sus políticas ambientales, éticas y sociales. En las imágenes encontramos mujeres mirando de frente, haciendo el llamado contundente bajo todas estas formas y colores que muestran, como imágenes publicitarias, de forma figurativa elementos tanto de la industria de la moda como de los cosméticos. Bajo toda esa fachada de consumo, hay personas reales queriendo entrar en consciencia.