Durante toda mi vida, he tenido una conexión especial con el arte. Disciplinas como la escritura, la danza y la pintura han representado para mí la manifestación del poder transformador del arte.
Después de muchos años alejada de la pintura, el diagnóstico de un cáncer en el 2016, me impulsó a retomar mi pasión como medio de expresión emocional para la creación de obras visuales alrededor del dolor, la vida, la muerte, el amor, el tiempo y lo femenino.
Hoy mi obra reúne la calidad técnica y la fuerza expresiva de mis emociones, en pinturas orgánicas que expresan ritmos, cadencias, movimientos y ciclos, a través de la forma, el color y las texturas, en un intento de indagación por conceptos como la vida, la muerte y el tiempo interior en relación con el tiempo orgánico universal, y en contraposición al tiempo del mundo contemporáneo, dictado por lo mecánico y la productividad.
Cada una de estas imágenes es una invitación a crear una conexión real con nuestra esencia orgánica, con el ritmo natural y universal de nuestro cuerpo y nuestra mente.