Nací en un pequeño pueblo de Boyacá llamado Chiquinquirá por allá en los años 90's. Desde siempre me he sentido cautivada por la belleza única de los animales, y por eso decidí emprender mi camino en Bogotá como veterinaria y como artista empírica dedicada a la ilustración, retratos y esculturas de mascotas y todo tipo de animales. Combinar el arte y la ciencia ha sido la mejor decisión de mi vida.