La paz surge del la capacidad de reconocer al otro, entendiendo que todos hacemos parte del mismo entramado y esto lo alcanzamos cuando podemos estar en equilibrio, reconociendo nuestro ser. “La energía femenina se asocia al reconocimiento y estado del Ser. La energía masculina se asocia al reconocimiento y desarrollo del Hacer”… La obra representa el Divino Masculino y Divino Femenino a través de dos figuras enmarcadas en la espiral que conforma la secuencia de Fibonacci (divina proporción). Una obra cargada de energía y significado, pintada con acrílicos metalizados.
Sobre el artista
Desde niña supe que tenía un talento único para llevar color y alegría a la vida de las personas a través de mi obra.