Esta obra representa una analogía al crecimiento personal, la fuerza interior del ser humano y el poder transformador de la actitud con la que enfrentamos los retos y cambios que se nos presentan en la vida.
Así mismo la forma de ver de manera más positiva los errores, como experiencias necesarias y parte fundamental de nuestro aprendizaje y crecimiento personal.
En el ajedrez el peón es una de las piezas que tiene menor valor, pero esto es relativo porque a medida que avanza paso a paso puede llegar a transformarse en una de las más poderosas del juego, por ejemplo: Una dama, una torre, un caballo o un alfil.
La mariposa tiene una transformación similar, comenzando como una oruga que poco a poco cambia de color, hasta convertirse en una especie colorida e imponente que abre sus alas y llama la atención por su particular belleza.
Estos dos mundos, un juego de mesa y la naturaleza se fusionan para enseñarnos a caminar paso a paso y abrir las alas cada vez que superamos lo que nos proponemos.
Sobre el artista
Obras hechas con el alma, fruto del equilibrio entre el movimiento y la calma.