Entre junio y julio de este año (2023) sufrí de insomnio. Me aislé para trabajar en proyectos de arte e ilustración y requería de mi celular para moverme por las redes sociales y mostrar mi trabajo. Sin embargo, caía la noche y todavía me sentía con mucha energía por el sedentarismo, tanta que no podía conciliar el sueño, lo cual, me daba ansiedad y hacía que mirara de nuevo el celular una y otra vez, día tras día. La noche era una pesadilla de la que quería escapar conectándome a otros mundos.